sábado, 22 de diciembre de 2012


El incidente me recordó aquella vez de Parque Poe en el que la ardilla a la que estaba dando de comer resultó ser en realidad una rata que, a primera vista, podría haber confundido con una ardilla cualquiera. En fin, vivir para ver. Este farsante me dio una idea. Siempre se puede aprender algo de los desgraciados.



La conjura de los necios. 
John Kennedy Toole.

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